martes, 10 de noviembre de 2009
Revista La Maga. Santiago de Chile
“Work in Progress” en Buenos Aires
9 Noviembre 2009
Work in progress es un espacio de búsqueda, de prueba y de error. 10 obras de teatro, próximas a estrenarse en la cartelera de Buenos Aires, acercan al público a un territorio en donde el creador intenta la construcción de un material. Este nuevo panorama, al igual que 2007 y 2008, presenta a 12 directores de distintas generaciones y estéticas que, en el formato de work in progress, nos presentarán su nuevo espectáculo.
En su tercer año consecutivo Work in Progress, un espacio curado por el coordinador del área de teatro Matías Umpierrez y que ya ha reunido a más de 30 directores desde su creación, se han presentado trabajos de directores como Alejandro Tantanián, Pompeyo Audivert, Mariela Asensio, Gabriela Izcovich, Matías Feldman, Bernardo Cappa, Ana Alvarado, Gerardo Naumann, Alejandro Catalán, entre otros.
En esta nueva edición se mostrarán los trabajo de los notables creadores como Gustavo Tarrío, Fabián Bril, Cristian Drut, Pablo Iglesias, Gonzalo Martinez, Cecilia Rainero, Bárbara Francisco, Juan José Santillán, Valeria Junquera, Miguel Israilevich, Francisco Lumerman y la joven Natalia Casielles.
El periodista y dramaturgo Juan José Santillán, presentará “Atlántica Sara” que remite al mar pero transcurre en espacio estrecho. Dos cuerpos en territorio de árida ficción. Cada uno compone fragmentos de un reencuentro Madre-Hija. Cruzadas por la noche, Luisienne Dibbon y Sara se ven luego de años. Pero la temporalidad es una constante inestable. Sara reconstruye a su madre en un itinerario real o inventado; no tiene la menor importancia. El procedimiento vale en su movimiento inicial: habitar zonas oscuras. Entre Dibbon y Sara un amor sórdido, la crueldad del abandono, cartas y correspondencias truncas. También un crimen, apuñalados; aire de Trópico, incendios y viajes. No importa el destino, sino la distancia.
En simultáneo a la anécdota, dos actrices subvierten la superficie. Entran y salen. Martillean sobre una lejana situación emocional de sus personajes. Hablan de la frialdad, de la forma, del deseo. Simular. Esconder. Van a lo concreto para exponer costuras. Cierto tejido de una limitación que afrontan: hablar mal un idioma, camuflarse o no en el lenguaje de otro. La fragilidad de sostener el malentendido de un espectáculo teatral.
Funciones: Sábados 14 y 21 de Noviembre 20hs.
Sala: Biblioteca. CCRojas / Entrada: Gratuita.
Las entradas se retiran una hora antes de comenzar el espectáculo.
Elenco: Claire Salabelle, Eliana Antar / Iluminación: Eduardo Spíndola / Diseño de espacio: Hella Prokoph / Diseño y realización de vestuario: Victoria Starke / Bandoneón/Xilofón: Fernando Samalea /
Texto y Dirección: Juan José Santillán
Co-producción Querida Elena, Sencillas Artes y el Centro Cultural Ricardo Rojas. Con el apoyo del Servicio de Cooperación y de Acción cultural de la Embajada de Francia en Argentina.
Link:www.lamaga.cl/?p=3407
domingo, 8 de noviembre de 2009
domingo, 11 de octubre de 2009
Líneas del montaje
Un rastro posible en la composición del trabajo
En Atlántica Sara cualquier intento de revivir itinerarios personales, fracasa. Los procedimientos de reconstrucción estallan. Lo real deviene elemento lúdico de ficción. El relato de Dibbon es un tiempo presente pero las historias que evoca desarrollan distintas temporalidades. Se trata de espacios autónomos que conducen a una determinada calidad del devenir en escena. La obra provoca un tránsito de la oscuridad inicial a la crudeza del armado de una memoria compartida. Vientre sobre vientre. Una mujer es la inmensidad del silencio, contiene la crueldad del mar.
En simultáneo, dos actrices abren las voces de Dibbon y Sara, subvierten esta superficie. Hablan de una lejana situación emocional de sus personajes, de la frialdad y la forma y del deseo. Exponen la costura, el tejido de una limitación que afrontan: hablar mal, camuflarse o no en el lenguaje de otro. La fragilidad de sostener el malentendido de un espectáculo teatral.
Propuesta de actuación. Texto y otras circunstancias
El encuentro entre una actriz francesa y otra argentina expuestas en un espacio reducido. Claire Salabelle, Eliana Antar y una propuesta inicial: ser extranjero en la gestualidad de la propia lengua. Asumimos esta restricción como base del trabajo. Existe un impedimento real tanto en el desarrollo de las acciones, como en la convención de las calidades que devela cada cuerpo en escena. Esta condición generó un nuevo territorio “límite” asentado sobre constantes variaciones. Ni francés ni castellano; la interpretación se asienta en el pasaje entre ambos idiomas.
El lenguaje escénico del espectáculo debía contener estas coordenadas y construir, desde la actuación, una línea que prevalezca más allá de las oposiciones entre dos lenguas. Una melodía surgida del fraseo intermitente, la cadencia y la respiración disonante; las acciones curtidas en este desfasaje fueron la zona de investigación para concretar el vínculo entre las dos actrices.
Atlántica Sara trabaja sobre el deterioro de la anécdota en un circuito de situaciones breves. En una primera etapa de ensayos, realizamos improvisaciones coordinadas para sondear cómo se conjugan esos cuerpos en un lenguaje escénico. Había que decodificar sus potenciales expresivos más conducentes para la creación ficcional. Tuvimos una serie de textos que sirvieron como herramientas y se sumaron a los ensayos de forma aleatoria. No fueron definitivos ni rectores del trabajo.
Nuestro texto original fue un largo poema. También se incorporaron correspondencias de Calamity Jane y la poeta Elizabeth Bishop. En la instancia embronaria, cualquier material escrito debía integrarse a una serie de acontecimientos expresivos transitados y reconocidos por las actrices.
Teniendo en cuenta esa calidad actoral, en una segunda instancia se borraron las referencias externas -Calamity Jane y Elizabeth Bishop- se eliminaron las improvisaciones coordinadas y aparecieron los primeros bocetos escritos de Atlántica Sara. No fue una escritura de escena, cada parte surgió de una investigación autónoma que se probó y desechó en los ensayos. El texto funcionó como un puchinball que debíamos sacudir invariablemente. La historia de Dibbon y Sara se devela en la trama más que en la exposición de una linealidad narrativa. A partir de la conjugación entre el texto escrito y la actuación se realizó un primer montaje y un guión gestual acorde a esa dinámica.
Consideraciones acerca del espacio
Querida Elena, Sencillas artes es un espacio de trabajo y creación que funciona en una antigua casa de inquilinatos en La Boca. Las texturas del espacio resultan determinantes. En una de sus habitaciones –9mts X 4.50– ensayamos y montamos la obra. Planteamos una puesta con mínimos elementos. Lo imprescindible. Durante los ensayos sólo utilizamos un banco y el límite de la escena. La idea vertebral fue explorar líneas de trabajo de las actrices, el vínculo y complicidad posible entre ellas. La cercanía con el espectador genera un espectáculo cuyo devenir acontece en primer plano. Se fulmina la totalidad.
En la habitación donde montamos Atlántica Sara utilizamos un dispositivo bifrontal. Con telas en las paredes laterales del cuarto que funcionan como refractores de iluminación. Las telas evocan velas de navegación que acompañan el imaginario de viaje que transitan los personajes. Dibbon y Sara, ligadas al océano por sus desplazamientos, tienen un vínculo con el mar como lugar de ensueño. El concepto del espacio, delineado por Hella Prokoph, trabaja sobre dos texturas: por un lado, la casa, la habitación donde transcurre el encuentro entre Sara y Dibbon; por el otro, el exterior. El diseño de velas otorga una idea de movimiento en la intimidad del cuarto.
Juan José Santillán.
Octubre de 2009
martes, 31 de marzo de 2009
Dibbon sobre Sylvaris.
Ludger Sylvaris rescató mi cuerpo de la muerte absurda. Me sopló la cara durante el viaje. No recuerdo su aire, sí su temor. Temía que deje de respirar. No entendí su lengua pero supe que tenía miedo. Sylvaris fue sincero conmigo. Salir espantado o reír decía cuando mostraba las heridas de su espalda. Su cuerpo con las marcas del desastre en la piel fue visto cada noche. La gente pagaba por verlo y aplaudía con el repudio que provoca el asombro. El dolor seco del 8 de mayo. Nadie sabía que estuvo preso cuando estalló el volcán, que fue rescatado entre los escombros de su celda. Sylvaris inventaba el pasado y la enfermedad comía su sangre. Lo sabía. Pudo asesinar, enfrentar la explosión, mentir para ser ¡El hombre que sobrevivió la ira de la tierra!
Black Hearted Love / Pj Harvey-John Parish

I think I saw you in the shadows
I move in closer beneath your windows
Who would suspect me of this rapture?
And who but my black hearted love
And who but my black hearted love
When you call out my name in rapture
I volunteer my soul for murder
I wish this moment here forever
And you are my black hearted love
And you are my black hearted love
In the rain, in the evening I will come again
I'd like to take you;
I'd like to take you to a place I know
My black hearted
I'd like to take you;
I'd like to take you to a place I know
My black hearted
I'd like to take you;
I'd like to take you to a place I know
My black hearted
I'd like to take you;
I'd like to take you to a place I know
My black hearted
Fijman
lunes, 23 de marzo de 2009
miércoles, 4 de marzo de 2009
-- Luisienne Dibbon en el ojo de Mar—
La noche del retorno, Luisienne Dibbon bailó la música de tres demonios. Recorrió la casa con tres presencias que golpearon la tierra. Todos tuvieron su cuarto. A una le asignó nombre; a otra la historia de un destierro. A la última, canciones.
Esa noche ardió un camposanto y el viento agitó las aguas.
Luisienne Dibbon salió al patio de la casa y llevó los ojos al cielo. Bebió del fuego erizado por la noche y sintió los delgados hilos de sus venas agitarse. Dibbon fue atravesada por el ardor de varias voces.
En cada pieza se hilvanaron historias y la casa fue cubierta de canciones. Evocada la ausencia, ¿qué músicas demacradas por el fuego acompañaron la danza de Luisienne Dibbon?
Algunos sintieron el desgarro inevitable de la noche. Otros, la música de un desvelo clamando por un Dios de palabras secas. Fue breve el abandono; la pérdida, imperceptible.
La tierra, el río y la noche temblaron con la música. No era tiempo de pedir nada. En ese momento, Luisienne Dibbon abandonó su cuerpo, quemó todas las cartas y abrió las habitaciones.
viernes, 27 de febrero de 2009
jueves, 19 de febrero de 2009
Circunstancias de febrero. Virgilio Piñera
La isla en peso
La maldita circunstancia del agua por todas partes
me obliga a sentarme en la mesa del café.
Si no pensara que el agua me rodea como un cáncer
hubiera podido dormir a pierna suelta.
Mientras los muchachos se despojaban de sus ropas para nadar
doce personas morían en un cuarto por compresión.
Cuando a la madrugada la pordiosera resbala en el agua
en el preciso momento en que se lava uno de sus pezones
me acostumbro al hedor del puerto
me acostumbro a la misma mujer que invariablemente masturba,
noche tras noche, al soldado de guardia en medio del sueño de los peces.
Una taza de café no puede alejar mi idea fija,
en otro tiempo yo vivía adánicamente.
¿Qué trajo la metamorfosis?
[...]
Todo un pueblo puede morir de luz como morir de peste.
Al mediodía el monte se puebla de hamacas invisibles,
y echados, los hombres semejan hojas a la deriva sobre aguas metálicas.
En esta hora nadie sabría pronunciar el nombre más querido,
ni levantar una mano para acariciar un seno;
en esta hora del cáncer un extranjero llegado de playas remotas
preguntaría inútilmente qué proyectos tenemos
o cuántos hombres mueren de enfermedades tropicales en esta isla.
Nadie lo escucharía: las palmas de las manos vueltas hacia arriba,
los oídos obturados por el tapón de la somnolencia,
los poros tapiados con la cera de un fastidio elegante
y de la mortal deglución de las glorias pasadas.
¿Dónde encontrar en este cielo sin nubes el trueno
cuyo estampido raje, de arriba a abajo, el tímpano de los durmientes?
¿Qué concha paleolítica reventaría con su bronco cuerno
el tímpano de los durmientes?
Los hombres-conchas, los hombres-macaos, los hombres-túneles.
¡Pueblo mío, tan joven, no sabes ordenar!
¡Pueblo mío, divinamente retórico, no sabes relatar!
Como la luz o la infancia aún no tienes un rostro.
[...]
No queremos potencias celestiales sino potencias terrestres,
que la tierra nos ampare, que nos ampare el deseo,
felizmente no llevamos el cielo en la masa de la sangre,
sólo sentimos su realidad física
por la comunicación de la lluvia al golpear nuestras cabezas.
Bajo la lluvia, bajo el olor, bajo todo lo que es una realidad,
un pueblo se hace y se deshace dejando los testimonios:
un velorio, un guateque, una mano, un crimen,
revueltos, confundidos, fundidos en la resaca perpetua,
haciendo leves saludos, enseñando los dientes, golpeando sus riñones,
un pueblo desciende resuelto en enormes postas de abono,
sintiendo cómo el agua lo rodea por todas partes,
más abajo, más abajo, y el mar picando en sus espaldas;
un pueblo permanece junto a su bestia en la hora de partir,
aullando en el mar, devorando frutas, sacrificando animales,
siempre más abajo, hasta saber el peso de su isla;
el peso de una isla en el amor de un pueblo.
sábado, 17 de enero de 2009
La música de Luisienne Dibbon
viernes, 12 de diciembre de 2008
Ensayo de hoy
El territorio del idioma que en Claire se torna claro. Ni francés ni castellano; sino que su actuación se instala territorialmente en el pasaje entre ambas lenguas. Desde allí se compone una gestualidad y la música de las acciones
¿Cómo ser extranjero en la propia lengua?
La consistencia de Eliana en el proceso.
Avanzamos en el camino de una sospecha compartida.
Así termina una etapa de este 2008.
Buen descanso.
miércoles, 10 de diciembre de 2008
Cuando pronunciamos la palabra vida debe entenderse que no hablamos de la vida tal como se nos revela en la superficie de los hechos, sino de esa especie de centro frágil e inquieto que las formas no alcanzan. Si hay aún algo infernal y verdaderamente maldito en nuestro tiempo es esa complacencia artística con que nos detenemos en las formas, en vez de ser como hombres condenados al suplicio del fuego, que hacen señas sobre sus hogueras..."
sábado, 29 de noviembre de 2008
Martinique-Sylbaris


"Busqué a esa mujer en islas o remotos continentes"
Aquí, Ludger Sylvaris, ex convicto y único sobreviviente de la explosión del volcán. Sylvaris, amigo de Luisienne Dibbon en Martinica.
Luego de la explosión del volcán, al cabo de cuatro días, gracias a sus potentes alaridos, fue descubierto y rescatado con todo el cuerpo lleno de horribles quemaduras. Recibió cuidados médicos y fue indultado. Convertido de improviso en un Lázaro atractivo, pasó a llamarse Ludger Sylbaris --en 1929-- y se volvió estrella de un circo.
Ludger-August se exponía como obra esculpida por el destino y, de paso, como actor memorioso que explicó, una y otra vez, la azarosa historia de su proceso de recreación. Compartió el resultado de la arbitrariedad, de la rareza irrefutable que era su propia carne, su propia vida, su personal modo de expresión.
La explosión debe esperar.
BOCETO PARA ENSAYO:
Identificar la coagulación del recorrido en el frenético hacer y deshacer. Manchar y borrar, ir y venir sin tregua, hasta el aquietamiento venturoso del remolino, hasta la concordancia de lo disonante. Sin clausurar,claro, las múltiples grietas por las que habrá que seguir transitando, a las que será forzoso asomarse para moverse en los márgenes de otra visión y retomar el hilo de la vida.
Ludger Sylbaris: Sobrevivió pero quedó marcado por el aire caliente del volcán.
DISCONTINUIDAD, deterioro, imperfección, preocupación sobre un vacío, destrucción de lo estable. Prenda-magulladura que la memoria paga con el recuerdo, con la impresión de aquello que más afecta. Heridas dolorosas o placenteras, que a veces quedan entremezcladas.
En el ojo de mar
La oscuridad acompaña las músicas demacradas por el fuego y Dibbon arde en silencio.
"Cuando la palabra falta, el gesto canta".
Hilvanar una historia que se devele en su trama.
Sonoridades toman el espacio y componen su propia lógica de representación.
La forma de sus elementos es fulgurante.
Cada acción de los cuerpos irradia un viaje de cuatro mujeres en tránsito por coordenadas y espacios fuera de todo tiempo y razón.
Ellas: Luisienne, Sara, L., Chantal Clemence tejen sus temporalidades y silencios.
domingo, 23 de noviembre de 2008
UN ARTE -Elizabeth Bishop

El arte de perder no es muy difícil;
Pierde algo cada día. Acepta la inquietud de perder
jueves, 20 de noviembre de 2008
Severo Sarduy: el estampido de la vacuidad
Fragmentos del ensayo realizado en 1993 por el escritor cubano Severo Sarduy. Quizás uno de sus últimos textos. La textura de sus palabras, la intimidad que logra en Estampidos...se establece como despedida. Al poco tiempo, Severo muere en París.
Sarduy acompaña este trabajo, como lo hizo en otros momentos, al menos desde la evocación y la lectura. Toda su obra teatral está impregnada de un pensamiento sobre los planos sonoros y las consecuencias corporales de la palabra. De hecho, varias piezas, incluso novelas como De donde son los cantantes, comenzaron como libretos para radio. Volveremos a Sarduy más adelante. Ya leímos Una Juana de arco eléctrica y actual y fragmentos de Pájaros en la Playa
Aquí entonces, algo de "Estampidos de la Vacuidad"
VII
Se trata de imitar a la naturaleza. Pero, por supuesto, no en su apariencia --proyecto del realismo ingenuo--sino en su funcionamiento: utilizar el caos, convocar al azar, insistir en lo imperceptible, priviligiar lo inacabado. Alternar lo fuerte, continuo y viril con lo interrumpido y femenino. Teatralizar la unidad de todos los fenómenos.
Olvidar el resto. Pero no hay resto.
IX
Cuando volvió el sol, ya era tarde. Tarde en el día, aunque no en su vida: logró ver esa luz que había deseado. Y el mar. Y los escuetos castillos. Y quizás en Collioure, una ventana abierta.
XI
Lámparas de fuego de San Juan. Quizás la muerte sea eso: arder, calcinarse en ese fuego, quedar cegado por el chisporroteo de esa luz. Como si alguien las meciera dentro y fuera de nuestro cuerpo, hasta consumirlo.
Quemazón. Abrasamiento.
Para salir a otra luz, para convertirse en ella. Una luz inmaterial, que no atraviesa vibración alguna, sin peso, sin colores, ajena al sol y al iris. Increada, sin bodrdes, sin comienzo ni fin.
Luz: San Juan cita a David "la oscuridad puso debajo de sus pies. Y subió sobre los querubines y el agua tenebrosa."
Señala unos párrafos más tarde, que enre las fantasías o imaginaciones a que se presta el entendimiento está el considerar e imaginar la gloria como una hermosísima luz.
XII
Radicalidad terminante, negatividad extrema. Cerrazón. Obturación de los sentidos y del entendimiento a todo lo que pueda desviar del camino--desconocido, irrepresentable, ajeno a toda enunciación o a todo vislumbre-- que conduce a lo inconcedible, a eso, exento de atributos que la grosería del lenguaje pudiera llamar unión.
Desconocidos pues, la meta y el sendero: para venir a lo que no sabes/ has de ir por donde no sabes (Subida del monte Carmelo, capitulo 13.11)
La Subida se puede leer así como una repetición obstinada de recomendaciones, advertencias, consejos, cautelas y hasta puestas en guardia contra toda distracción.
Resta, pues, ahora saber que el alma no ha de poner los ojos en aquella corteza de figuras y objeto que se le pone delante sobrenaturalmente, ahora sea acerca del sentido exterior, como son locuciones y palabras al oído y visiones de santos a los ojos, y resplandores hermosos, y olores a las narices, y gustos y suavidades en el palabras, y otros deleites en el tacto que suelen proceder del espíritu, lo cual es más ordinario a los espirituales; ni tampoco los ha de poner en cualesquier visiones del sentido interior, cuales son las imaginarias, antes renunciarlas todas. (Subida, capítulo 17.9).
VII
Ya había tenido que comerse a la carrera todos sus papeles para que escaparan a a la lectura hostigante de los inquisidores.
Lo encierran en Toledo, por nueve meses, en una celda de seis pies por diez. Sin agua, si luz.: para leer los Evangelios tiene que subir hasta un minúsculo tragaluz agujereado cerca del techo. A pan y agua y alguna sardina. Se le pudre y agusana la espalda, herida por latigazos de los Calzados, para que renuncie a la Reforma.
Se ve obligado a vivir con el cubo de sus propios excrementos. Le entran vómitos, disentería y hasta quizás arrepentimientos y culpabilidad. En ese infierno concibe, se aprende de memoria, canta de rodillas y a gritos las primeras liras del Cántico.
Como si: para subir hasta lo absoluto y conocer la disolución en el Uno fuera necesario bajar hasta la podredumbre, roza lo inmundo, perderse en el asco y la corrupción.
San Juan de la Cruz, obra completa. Edición de Luce López Baralt y Eulogio Pacho.miércoles, 19 de noviembre de 2008
viernes, 14 de noviembre de 2008
Calamity Jane


jueves, 13 de noviembre de 2008
Punto de partida. Bienvenidos.


Comenzamos el trabajo, unimos puntos a la distancia. Bienvenidos Hella, Eliana, Claire y Fernando. Que el blog sea un punto de encuentro para bocetar ideas.